La Caída. El exilio del Edén. Alejarnos de Dios.



Dios nos ha dado intelecto y voluntad. Al alejarnos de El (de su Gracia) - entonces:

1. Se oscurece el intelecto; Vemos, pero no claramente. Nuestro pensamiento no trasciende la inmediatez del instinto y de los sentimientos.

2. Se debilita la voluntad; Elegimos, pero no con la fuerza para respaldar nuestras decisiones. Entonces se compromete nuestra moral, nuestros principios.

3. Nos sentimos atraídos por el pecado. Si has tenido la oportunidad de vivir esos hermosos tres o cuatro dias después de un retiro espiritual, sabes a lo que me refiero. Esos días de total repudio por las cosas que no son de Dios, pero poco a poco, una mala palabra, un enojo que se deja convertir en rencor, un error repentino que no queremos admitir y nos vemos lleva a considerar mentir, algo que queremos comprar y el dinero no nos dá (y la cartera de mamá convenientemente en la mesa), una imagen erótica en la calle que estábamos tratando de evitar mirar, algo que queremos hacer y no nos dejan, así que engañamos para poder hacerlo...

Pecar se convierte entonces en algo casi inevitable si no buscamos MANTENERNOS cerca de Dios: Comunión, oración, una posición RADICAL ante Sus cosas (ante los sacramentos), y sobre todo considerarnos humanos, es decir, propensos al pecado igual o mas que cualquier otro.

Ese siempre será uno de esos momentos en los que huir jamás será considerado un acto de cobardía...

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