La Futilidad del existencialismo

Desde mi peña contemplo

te veo correr a ti
y a los demás
de un lado al otro

Persuadiendote

de que esa piedra es oro (la abrazas fuerte contra tu pecho)

de que la mirada porfiada
pondrá el mundo a tus pies

de que lo puedes deshacer
porque puedes rehacerlo

de que un par de plumas
te elevarán a los cielos

No digo nada.

Para convencerte,
quieres convencerme

mientras regresas

una y otra vez
en desengaño
llorando
heridas en carne viva

piedras, plumas, lagrimas...

Una y otra vez

No digo nada

que puedo decir?

si quizas
desde otra peña
alguien me contempla...

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