De ayer a hoy:

Es bueno detenerse, de vez en cuando.
Tomarse un tiempito para hacer inventario.
subrayar los triunfos con el marcador, evaluar los daños.
Recitar antiguos sortilegios, solo para confirmar que siguen en la memoria.

Es bueno detenerse de vez en cuando.
porque ocasionalmente, uno se percata de que falta algo.
O que el rumbo establecido y el designado discrepan.
Entonces es tiempo de reinventar, repensar, de corregir.

Es bueno deternerse de vez en cuando.
O por lo menos aminorar la marcha.
Incluso, por mas blasfemo que suene, si es posible y necesario, dar algunos pasitos atrás.
Hasta eso es bueno, al menos en este contexto.

Lo realmente peligroso es nunca detenerse.

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