Vulgarismos

Consideraciones sobre la cortesia en los baños: El saludo.

Te encuentras en el lavabo. Alguien emerge del sanitario, rostro sudoroso, manos temblando y respiración forzada. No se necesitan palabras para darte cuenta de que ha librado una ardua batalla con sus esfínteres. El se acerca y se detiene a tu lado, en el lavabo continuo. Por cortesía, lo miras y le saludas en la acostumbrada jerga dominicana:

- Dime, como está eso?
(error, usa otro saludo)

- Cómo anda la cosa?
(error, usa otro saludo)

- Y entonces, mi hermano?
(error, usa otro saludo)

- Qué pasó, PAPA?
(error, mejor olvidalo)

Mi conclusión es que bajo estas circunstancias, es mejor no saludar. Ni siquiera una sonrisa o un gesto de aprobación con la cabeza. Nada que pudiera aludir a la gran hazaña realizada por el sujeto en cuestión. Mejor mantengamos el silencio, tomemos una toalla desechable, sequemos nuestras manos, ignorando cualquier fétido hedor, y retomemos la jornada, concientes de que algún día pueden invertirse los papeles.

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